jueves, 17 de mayo de 2012

Número tres.

Yo, que era de las que decían "el orgullo siempre va antes que los hombres" y "las que se conforman como segunda opción, son estúpidas", me estoy conformando con ver a un hombre que va a ser papá cuando se le da su gana, simplemente porque lo quiere como nunca antes había querido a alguien.

No lo hago porque tengo la esperanza de que ande conmigo.
No lo hago porque estoy urgida.
Lo hago porque lo quiero, lo hago porque el simple hecho de verlo me da paz interior. 
Porque, a pesar de que se que nunca seré tomada en serio, se conforma con tener esas pequeñas sobras de cariño que desee tener todos estos años. 

Porque han sido años de espera. Años de pensar que el me había olvidado -posiblemente ya lo hizo, pero no me interesa-. Años de continua tortura, en donde cada noche de mi puta vida, me arrepentía de no haberle dicho todo lo que sentía desde hace mucho. Años en donde me arrepentía que mi orgullo fuera tan estúpido como para aceptar verlo partir, a pesar de que yo sabía que él era la persona mas importante de mi vida. Eramos niños? Claro que si, y a pesar de eso estoy convencida que yo lo quería más de lo que creía. Lo subestimé tantos años, lo negaba mucho tiempo; pero cuando vi que ya no lo tenía me sentí mal, y aun así no hice nada para recuperarlo.

Pero ahora, el me quiere. Y si no me quiere, lo aparenta muy bien. 

Y yo lo quiero más. Lo suficiente como para olvidarme de todo mi pudor cuando me dice "mi novia me espera" y yo mande todo a la verga y lo bese como si no lo fuera a volver a ver. Lo suficiente como para aceptar verlo a escondidas. Lo suficiente como para aceptar las llamadas que le hace su mujer cuando él está conmigo, y cuando ella le pregunte donde está él le conteste "con un amigo". Lo suficiente como para que me valga un carajo el bebé que va a tener, la novia que tiene, el departamento que comparten, la cama que comparten, los besos, caricias y canciones. Lo quiero lo suficiente como para ser la tercera las veces que el me lo pida.

Lo quiero lo suficiente para aceptar ser lo que más he odiado. Lo que más he criticado. Aceptarlo a él y a su actitud de patán. 

Lo quiero, lo quiero, lo quiero, lo quiero. Lo quiero tanto que me enferma. Lo quiero tanto que me estresa. Lo pienso tanto que me obsesiona. Lo deseo tanto que me duele no poder decírselo a nadie. 

Lo quiero tanto que me duele no poder amarlo... Pero lo quiero, y si esta es la única forma de quererlo, no me importa nada.

martes, 24 de abril de 2012

Cazadores de Sombras.


Había una vez un niño. Cuando el niño tenía seis años, su padre le dio un halcón para que lo
adiestrara.
— Los halcones son rapaces... que matan pájaros — le dijo su padre —, son los cazadores de sombras del cielo.

Al halcón no le gustaba el niño, y al niño tampoco le gustaba él. Su pico afilado lo ponía nervioso, y sus ojos brillantes siempre parecían estarle vigilando. El ave le atacaba con el pico y las garras cada vez que se acercaba a él. Durante semanas, no dejaron de sangrarle las muñecas y las manos. Él no lo sabía, pero su padre había seleccionado un halcón que había vivido salvaje durante más de un año y por lo tanto era casi imposible de domesticar. Pero el niño lo intentó, porque su padre le había dicho que hiciera que el halcón le obedeciera, y él quería complacer a su padre.

Permanecía junto al ave constantemente, hablándole para  mantenerla despierta e incluso poniéndole música, porque se suponía que una ave cansada es más fácil de domar.

Aprendió a manejar el equipo: las pihuelas, el capuchón, la caperuza, la lonja, la correa que sujetaba el halcón a su muñeca. Se suponía que debía mantener ciego al halcón, pero no tenía valor para hacerlo; en vez de eso intentó sentarse donde el pájaro pudiera verlo mientras le tocaba y le acariciaba las alas, deseando con todas sus fuerzas que aprendiera a confiar en él. Le daba de comer con la mano, y al principio el halcón se negó a comer. Más tarde comió con tanta ferocidad que el pico hirió al niño en la palma de la mano. Pero el niño estaba contento, porque era un progreso, y porque quería que el pájaro le conociese, incluso aunque el ave le dejara sin sangre para conseguirlo.

Empezó a ver que el halcón era hermoso, que sus alas delgadas estaban pensadas para la velocidad en el vuelo, que era fuerte y rápido, feroz y delicado. Cuando descendía hacia el suelo, se movía como la luz. Cuando aprendió a describir un círculo y posársele en la muñeca, él casi gritó de júbilo. A veces el ave saltaba a su hombro y ponía el pico en sus cabellos. Sabía que su halcón le quería, y cuando estuvo seguro de que no sólo estaba domesticado sino perfectamente domesticado, fue a su padre y le mostró lo que había hecho, esperando que se sentiría orgulloso.

Pero en vez de eso, su padre tomó al ave, ahora domesticada y confiada, en sus manos y le rompió el cuello.
— Te dije que hicieras que fuera obediente —le dijo su padre, y dejó caer el cuerpo sin vida del halcón al suelo— Pero tú le has enseñado a quererte. Los halcones no existen para ser mascotas cariñosas: son feroces y salvajes, despiadados y crueles. Este pájaro no estaba domado; había perdido su identidad.

Más tarde, cuando su padre le dejó, el niño lloró sobre su mascota hasta que finalmente el padre envió a un criado para que se llevara el cuerpo del ave y lo enterrara. El niño no volvió a llorar, y nunca olvidó lo que había aprendido: que amar es destruir, y que ser amado es ser destruido.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Sueños y decepciones.

Pues hoy me desperté llorando.
Soñé que me querías y que te ponías tan nervioso como yo al verme. Soñé que al verte te ignoré y te enojaste. Que con solo mover un dedo me alejabas de todos y me llevabas al lugar que solo tú y yo conocemos. Que te ponías todo estúpido al verme y saber que estaba a solas contigo. Soñé que me decías "¿de qué quieres hablar?" como en los viejos tiempos; y nos quedamos viendo y el simple hecho de observarnos fue mágico. Que me abrazabas y me suspirabas "amor" en el oído y un calor atravesaba todo mi cuerpo.
Y me desperté y empecé a llorar. Lloré porque en verdad no quería despertar.
Quería seguir contigo. Quería verte, besarte... tocarte.
Quería abrazarte y nunca dejarte ir.

domingo, 14 de agosto de 2011

Lo quiero a morir.

Te amo. Te amo tanto que me da miedo decírtelo y que te espantes ante la idea de ser amado… y huyas. 
Te amo tanto que prefiero fingir que todo está bien, que me gustas pero poco, que no pasa nada.
Te amo tanto que me da miedo darme cuenta de que tú no a mí y entonces ver que amo a quien nunca me amará. 
Te amo en silencio, en tu cama sin que lo sepas, en tus besos sin que lo notes, en la distancia sin que lo sientas, por las noches sin que lo sueñes, en ti sin mí. 
Hoy te digo que te amo y que no quiero escuchar tu respuesta porque ya sé cual es. 
Hoy te digo que te amo y me marcho, para no verte partir.

sábado, 23 de abril de 2011

Big Jet Plane.

Tengo mucho amor para dar y nadie a quién dárselo, por eso hoy escuchando una cursi melodía estoy aquí, escribiendo esto en vez de preguntarme por mi mala suerte, de tirarme al suelo a llorar o de salir a buscar a quien esté pensando en mí.

Solo sé una cosa: Me cansé de buscar amor y de buscar a un hombre. He decidido que ellos vengan y me encuentren a mí.
 
 
He dicho.

En busca de...

Lo que yo quiero, es a un hombre:

-A quien pueda dedicarle mis desvelos.
-Impredecible.
-Con una sonrisa cálida.
-Espontáneo.
-Dramático.
-Que su sexto sentido sea del humor.
-Apasionado.
-Extrovertido, pero no tanto como para mostrarme su timidez.
-Inexperto de la vida.
-Impulsivo.

-Romántico.
-Creativo.
-Detallista.
-Que abra la puerta y jale la silla.
-Que pueda pasar un día entero con él encerrada en un cuarto y disfrutarlo.
-Que convierta los instantes en momentos Kodak.
-Que sus silencios sean cómodos.
-Poeta y loco.
-Que me sofoque bajo las sábanas.
-Talentoso.
-Que guste de leer.
-Que me saque a bailar aunque yo no sepa bailar.
-Que me enseñe a bailar.
-Que comparta una mirada conmigo antes de ir a dormir.
-Que brinque en los charcos dejados por la lluvia en las calles.
-Que me abrace fuerte cada vez que me equivoque.
-Que me dedique todos sus suspiros.
-Que se ría conmigo, de mí y de los dos.
-Que no me baje las estrellas, sino que me lleve a ellas.
-Que no me regale la luna, que la contemplemos juntos.
-Que lo único que necesitemos sea amor.
-Que ame mis defectos y cuestione mis virtudes.
-Que me calle con un beso.
-Que comparta sus miedos.
-Que construya sus sueños en la cama.
-Que no quiera vivir eternamente.
-Que ponga mis pies en la tierra.
-Que cante conmigo.
-Que no piense en mí, sino en nosotros.
-Que piense en presente y no en futuro.
-Que sea héroe sin capa.
-Que me arranque suspiros mientras me desgarra la ropa.
-Que me aloje en sus ojos.
-Con brazos fuertes para que me sostenga cuando esté a punto de caer.
-Que se exprese más allá de las palabras.
-Que no use reloj.
-Que aprenda del pasado, pero que no viva de él.
-Con quien escuchar música en la oscuridad.
-Que tome mi mano debajo de la mesa.
-Que desanude mi garganta.
-Que pare el mundo para que me pueda bajar a ratos.
-Que pueda admirar mientras duerme.
-Que sea realista para que controle mis fantasías.
-Que enfrente retos.
-Que no tenga miedo de llorar.
-Que me despierte con un beso.
-Que me haga estremecer.
-Que se sienta cómodo con las luces encendidas.
-Que me haga sentir viva.
-Que guíe mis pasos a través de los suyos.
-Que no cuente los días.
-Que grite cosas al viento.
-Que tenga una lista de cosas por no hacer.
-Que maneje las emociones fuertes y las débiles.
-Que sea imperfecto.

Pero sobre todas las cosas... Que sea mío y de nadie más.

domingo, 27 de marzo de 2011

Innocence.

He llegado al punto en donde no se cuando una broma es una broma...
Me llevo pesado con la gente.... pero en especial con uno; según en broma, pero ultimamente se ha vuelto todo tan tenso que ya no se si estamos bromeando. Nos mandamos a volar, damos viada... pero en broma verdad? Bueno fuera... creo nos lo estamos tomando muy personal todo...
Como fue que llegamos a este extremo? es lo que quisiera saber; pero ahora no se como descubrir si es enserio todo.
Es mas mi orgullo de seguir con esto... retándolo y demostrándole que me vale madre lo que el diga y opine.
Bien, creo sera interesante el descubrir quien sede primero ante quien.